
En este artículo te explicamos qué es la gestión documental, sus aplicaciones y beneficios, cómo integrarla en tu flujo de trabajo y cómo puedes mejorar su eficiencia.
La gestión documental es el proceso de almacenar, organizar, administrar y recuperar documentos de manera eficiente dentro de una empresa.
Está formada por el conjunto de prácticas y herramientas que permiten controlar todo el ciclo de vida de los documentos, desde su creación hasta su almacenamiento final o eliminación. Esto incluye tareas como la captura de datos, la clasificación de la información, su archivo, búsqueda y recuperación.
Su objetivo es garantizar que la información esté siempre accesible, segura y actualizada, y la digitalización de archivos es su pilar fundamental.
En el entorno empresarial, gestionar adecuadamente los documentos es el primer paso para optimizar los flujos de trabajo internos, facilitar la colaboración entre equipos y garantizar el cumplimiento de normativas relacionadas con la protección de datos.
La gestión documental supone un cambio hacia una forma de trabajo más ágil y orientada al futuro. Su implementación es clave para mantenerse competitivo en el mercado actual.
Debido a que el papel aún se utiliza en muchos contratos, impresos o informes entre empresas y clientes, una etapa muy importante de la gestión documental es el paso del formato físico al digital para su correcto almacenamiento.
Para ello es necesario el escaneo de estos documentos, función que facilitan lo programas con reconocimiento óptico de caracteres (OCR, Optical Character Recognition).
De esta forma, se pueden escanear documentos físicos y transformarlos en archivos digitales, aplicando a la imagen generada en este proceso un reconocimiento óptico de caracteres para poder identificar el contenido (fechas, cifras, clientes, productos...) y adaptarlo a los principios de almacenamiento y búsqueda que hayamos fijado en nuestros flujos de trabajo.
Uno de los componentes fundamentales de la gestión documental es su base de datos, donde se guarda la información siguiendo un orden preestablecido para una sencilla y cómoda recuperación.
Los datos y los documentos que vayamos guardando en el gestor documental se estructuran automáticamente de acuerdo a una jerarquía que hemos fijado: un flujo de trabajo o workflow.
Una de las fases más importantes es, por tanto, definir estos atributos.
Podemos definir y organizar la información en función de su materia, departamento, prioridad, actividad, participantes, permisos de usuario, fechas o ciclo de vida del documento, por ejemplo.
De esta forma, la gestión documental es realmente efectiva y funcional para la empresa.
Un buen gestor documental permite centralizar todos los documentos en una única plataforma accesible. Esto elimina la dispersión de archivos y facilita la colaboración, especialmente en equipos que trabajan de forma remota o en diferentes ubicaciones.
La capacidad de categorizar y etiquetar automáticamente los documentos es esencial para un gestor eficaz. Esto incluye herramientas como la indexación basada en metadatos, que permite encontrar documentos específicos rápidamente mediante búsquedas avanzadas.
La automatización de procesos, como aprobaciones o notificaciones, es clave. Un gestor documental debe incluir opciones de configuración para personalizar flujos de trabajo según las necesidades de cada empresa.
Gracias a los controles de accesos podemos asignar determinados permisos a usuarios, y el sistema registra todas las acciones realizadas sobre los documentos, como accesos, ediciones o eliminaciones.
Debe poder integrarse con otros sistemas utilizados por la empresa, como ERP, CRM o plataformas de correo electrónico. Esto garantiza que los datos fluyan entre sistemas sin necesidad de duplicar esfuerzos.
Para adaptarse al crecimiento empresarial, el gestor documental debe ser escalable, ofreciendo espacio suficiente para gestionar un volumen creciente de archivos. Además, el almacenamiento en la nube permite acceder a los documentos de forma segura y desde cualquier lugar.
La capacidad de localizar documentos específicos en cuestión de segundos es crucial, por ello incluye opciones de búsqueda avanzada por palabras clave, fechas, etiquetas o metadatos.
Las empresas deben cumplir con normativas específicas relacionadas con la gestión de datos y documentos, como el RGPD o normas ISO. Un gestor documental eficaz debe estar diseñado para facilitar el cumplimiento de estas regulaciones, asegurando la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información.
Antes de entrar en detalle con sus características, te mostramos un resumen visual para que compruebes en qué destaca cada sistema.
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