
Descubre qué modelo de trabajo es el mejor para tu empresa y cómo implementarlo con éxito para posicionarte como una organización moderna y mejorar el rendimiento de tu plantilla.
Internet, el cloud computing y la digitalización de las empresas han transformaron la forma de trabajar, facilitando la colaboración y el trabajo en remoto.
Gracias a las actuales herramientas digitales, como los diferentes software de recursos humanos, las organizaciones pueden ofrecer mayor flexibilidad laboral y satisfacer las necesidades de los empleados.
Además, la pandemia del covid-19 supuso un antes y un después en la gestión de personal y el mercado laboral. Los nuevos modelos que surgieron para facilitar el trabajo remoto se han establecido como una opción preferente para muchos empleados, y el trabajo por objetivos, más que el mero presencialismo, ha ganado terreno.
Para adaptarse a nuevos modelos de trabajo, las empresas deben aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y los software.
La globalización, la tecnología y las demandas de la fuerza laboral han sido factores clave en la transición de un modo de trabajo rígido a enfoques mucho más flexibles. La necesidad de adaptarse rápidamente a los mercados cambiantes, y mejorar su gestión del talento, ha llevado a las empresas a reconsiderar cómo actúan este sentido.
Desde las fábricas de la Revolución Industrial hasta el trabajo a distancia en plena era digital, la evolución del trabajo se ha sucedido en respuesta a las demandas de la sociedad y a los avances tecnológicos.
Con la industrialización, la producción se trasladó de talleres artesanales a grandes fábricas y a la creación de horarios estructurados. Las guerras mundiales aceleraron la innovación tecnológica, permitiendo el paso hacia la automatización y la mejora de la eficiencia en la producción. El siglo XX también trajo consigo reformas laborales y mayor protección para los trabajadores. El modelo de trabajo tradicional era el presencialismo.
Los avances sociales y tecnológicos del siglo XXI han permitido la entrada de una metodología de trabajo con mayor flexibilidad laboral, enfocados en el teletrabajo y el trabajo híbrido.
El modelo tradicional de trabajo, basado en el presencialismo y estructuras jerárquicas verticales, presenta desafíos significativos en el mundo laboral moderno.
El trabajo remoto ha ganado grandes adeptos en la última década, impulsado por los avances tecnológicos y los cambios en las expectativas laborales.
Entre las ventajas del teletrabajo, encontramos que permite a los empleados adaptar su horario a sus picos de productividad y necesidades personales, lo que mejora la satisfacción y el rendimiento laboral. Además, los empleados pueden ahorrar en costos de desplazamiento diario.
Sin embargo, es esencial reconocer ciertos desafíos asociados para garantizar que el rendimiento sea efectivo y no se pierda engagement con el empleado, gracias a las herramientas de gestión de personal que acabamos de ver.
Muchas empresas están adoptando el modelo de trabajo híbrido, que combinan lo mejor del presencial y en remoto, ofreciendo flexibilidad y manteniendo la cohesión del equipo.
Permite a los empleados trabajar desde casa en ciertos días a la semana y acudir a la oficina en otros, según las necesidades del proyecto y las preferencias personales.
Mientras que las tareas individuales pueden realizarse de forma remota, las sesiones de brainstorming y las reuniones de equipo y se programan para días presenciales.
De esta forma, cada empleado puede tener un equilibrio diferente entre trabajo presencial y remoto, dependiendo de su rol, responsabilidades y circunstancias personales.
La llegada de Internet cambió la forma en que las empresas operan, permitiendo una comunicación instantánea y global.
Además, los mercados están interconectados; las empresas ya no están limitadas por fronteras geográficas. Con equipos distribuidos globalmente, las empresas se benefician de una variedad de perspectivas culturales.
El talento intergeneracional ha dado paso a cambios en las demandas laborales. Mientras que los Baby Boomers valoraban la estabilidad y la lealtad a una empresa, los Millennials y la Genaración Z buscan mayor flexibilidad, propósito y desarrollo personal.
Además, las generaciones más jóvenes, al crecer en un mundo digital, esperan y demandan tecnologías avanzadas en su lugar de trabajo.
Las nuevas generaciones también priorizan el equilibrio entre vida laboral y personal, así como el bienestar mental y físico. Esto ha llevado a las empresas a reconsiderar sus políticas y beneficios, como planes de conciliación en la empresa y la apuesta por un liderazgo consciente y espacios de trabajo que faciliten la motivación y la apuesta por equipos creativos mucho más productivos.
A pesar de sus ventajas, la globalización también presenta desafíos, como la gestión de zonas horarias, diferencias culturales y regulaciones laborales variadas.
Estos desafíos se han superado gracias a la digitalización de recursos humanos, con herramientas para gestionar empleados como fichar en remoto y controlar la jornada de trabajo desde cualquier lugar, organizar sin problemas de rendimiento diferentes equipos de trabajo y sedes, realizar procesos de selección online, mantener una comunicación online fluida con los empleados y facilitarles la autogestión de trámites laborales o poder medir la productividad del empleado y controlar el trabajo por objetivos sin importar su localización.
Las empresas que invierten en el aprendizaje continuo de sus empleados no solo se mantienen competitivas, sino que también fomentan un ambiente de trabajo enriquecedor y adaptativo. Con la aparición constante de nuevas herramientas y plataformas, es esencial que los empleados estén al día para maximizar la eficiencia y la innovación.
Las fluctuaciones del mercado y las tendencias emergentes requieren que las empresas y sus empleados se adapten rápidamente a las nuevas tecnologías y tendencias, como las aplicaciones de inteligencia artificial y la IA generativa, para mantenerse relevantes.
Además de las habilidades técnicas, las habilidades blandas o soft skills, como la comunicación, el liderazgo y la resolución de problemas, son esenciales en el entorno laboral moderno.
Establecer programas regulares de capacitación interna y realizar evaluaciones de desempeño es fundamental para abordar una correcta preparación y establecer técnicas de upskilling y reskilling.
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