Almacenes inteligentes: fases para automatizar con éxito los procesos logísticos

Los nuevos almacenes inteligentes

Los software de gestión de almacenes (SGA) son la llave de la actual automatización y de los almacenes inteligentes. Gracias a estos programas que centralizan los flujos de datos y dirigen las órdenes de ejecución, encontramos que determinados procesos son realizados por máquinas o robots.

Transelevadores automáticos, robots colaborativos para picking o vehículos de guiado automático (AGV) son ya una realidad en los almacenes gracias a los sensores de las máquinas y el internet de las cosas, el análisis big data, el blockchain y su trazabilidad inmutable, la realidad aumentada o la inteligencia artificial (IA).

En los almacenes inteligentes hay, por tanto, un mayor grado de automatización en los SGA y una programación más avanzada para mejorar la eficiencia del almacén en procesos tan relevantes como el picking o la ubicación de mercancías.

Y aunque estamos solo empezando a ver este proceso de dotar de inteligencia a los espacios de almacenaje, ya que aún queda mucha inversión y mucha tecnología por introducir, cada vez se está extendiendo más el uso de la automatización, de los sensores que recaban datos y los algoritmos predictivos de inteligencia artificial para mejorar los procesos y aligerar el trabajo de los operarios.

La calidad del dato que se registre en los procesos y su correcto tratamiento será cada vez más importante para ganar eficiencia.

 

Necesidades de los almacenes inteligentes: inversión tecnológica y operarios cualificados

Hasta hace unos años, los almacenes no contaban con grandes inversiones tecnológicas y su personal se caracterizaba por no requerir mucha cualificación. Pero este escenario ha ido cambiando, ya que debido a los niveles de eficacia y rapidez que exige el mercado, invertir en un software y activos logísticos ha sido imprescindible para mantener cierta competitividad e iniciar la automatización de procesos.

Hoy en día, no contar con un software significa quedarse fuera del mercado; es el corazón del almacén, fundamental para gestionar con eficiencia ubicaciones, espacios y distribución, órdenes de trabajo, etc.

A la hora de automatizar los procesos, la flexibilidad es primordial. Si instalamos un sistema demasiado rígido, no podremos adaptarnos a los cambios que necesitemos hacer en un futuro, y en logística reina la incertidumbre. Modificaciones en la demanda de los clientes y nuevos procesos tecnológicos pueden hacer que tengamos que recalificar los equipos que están operando actualmente.

No sabemos cómo puede ser nuestro modelo de negocio en los próximos años, por lo que es importante que en los almacenes inteligentes, el software permita trabajar con diferentes secciones de almacén, conectar nuevos automatismos e incorporar avances que faciliten su gestión.

 
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Preguntas: 1/8

Almacenes inteligentes, proceso con alto ROI

Lo que es indudable es que el paso hacia una mayor automatización tiene un ROI o retorno de la inversión muy alto y evidente. Pero es importante tener claro qué queremos optimizar, ya que es un proceso a largo plazo.

Un almacén automatizado requiere cerca de un año de montaje y luego unos meses más para una correcta puesta en marcha, ya que es necesario que sea lo más estable posible, esté optimizado a los procesos de cada negocio y cuente con una adecuada formación a los empleados

 

Lejos de ser una amenaza, la automatización puede ser una oportunidad de mejora para los operarios.

En el caso de cargos medios y directivos debe haber una reconversión, de forma que sepan cómo abordar todos los datos que genera a partir de ahora el almacén: cuándo se comienza el picking, la cadencia de los pedidos, plazos de entrega y localizaciones de destino… Información que hay que analizar para mejorar la toma de decisiones y detectar nuevas oportunidades.

Además, en los almacenes inteligentes es importante involucrar en la medida de lo posible a los diferentes departamentos de la empresa en este proceso de automatización, no solo los empleados del almacén, sino también los de recursos humanos, mantenimiento, prevención, etc.

 
 

Fases para la transformación hacia el almacén inteligente

Como hemos visto, la transformación digital de un almacén es un proceso lento. Requiere un año de implantación, una alta inversión y lleva determinado tiempo empezar a ver los resultados y explotar bien los datos que registramos. Esta evolución no es, por tanto, inmediata.

Una correcta transformación digital hacia almacenes inteligentes engloba diferentes fases:

  1. Definir objetivos: qué queremos optimizar y qué procesos nos interesa hacer más eficientes y rentables para producir, reduciendo recursos y con una mínima inversión.
  2. Planificar: cómo queremos hacer la transformación hacia el almacén inteligente, llevar a cabo los cambios y en qué tecnologías robotizadas vamos a invertir para automatizar ciertos procesos.
  3. Prospección: ver qué soluciones de gestión existen en el mercado y cuáles se adaptan mejor a nuestro modelo de negocio y los objetivos marcados. ¿Es necesario cambiar de software o solo integrar una nueva capa de automatización?
  4. Puesta en marcha: iniciar los diferentes elementos de la automatización de forma individual, realizar una formación o proceso de aprendizaje interno y después comenzar a trabajar con todos los componentes de forma conjunta, tanto equipos como operarios.
  5. Analizar el resultado: ¿hemos alcanzado el rendimiento deseado y aumentado la rapidez de los procesos del almacén? ¿Cumplimos con los objetivos definidos?
 
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